arabera ROSALBA PADILLA ANTUNEZ 6 years ago
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Honelako gehiago
Las alteraciones del sueño en las enfermedades depresivas son frecuentes, variadas y por otro lado muy conocidas. El trastorno del sueño puede llegar a predecir hasta el 47% de los casos de depresión mayor al año y resulta mejor que otras quejas como los pensamientos recurrentes de muerte, los sentimientos de culpa, el retardo psicomotor, las alteraciones del peso, los cambios en el apetito y la fatiga.
Sin embargo, las drogas nunca tienen ninguna respuesta, como tampoco la tiene el alcohol, aunque no podemos obviar la gran cantidad de personas que recurren a ellas en un momento de depresión.
Encontramos varios puntos comunes entre las drogas y la depresión y es que ambas transforman los procesos químicos de nuestro organismo. Bien sean estimulantes o relajantes, las drogas incapacitan al organismo para producir
, al igual que ocurre en los casos de depresión.
En algunos casos, el dolor sufrido es tal que la persona no es capaz de hacerle frente, sintiendo un nulo control sobre su vida y llegando a creer que no puede hacer nada para mejorar su situación. En definitiva, pierden la esperanza.
En este contexto no es infrecuente que se piense en una salida definitiva para acabar con tal sufrimiento, pudiendo surgir la idea de acabar con la propia vida. Dicho de otro modo, aparecerían pensamientos suicidas.
Los motivos por los que te puedes encontrar con unos cuantos kilos de más mientras estás tratándote de una depresión son varios. Por un lado, la tristeza, la angustia y la melancolía características de los estados depresivos pueden llevarte a consumir en exceso todos aquellos
alimentos que mejoran tu estado de ánimo
, dejándote llevar por los productos más fáciles de consumir y más al alcance como pueden ser el chocolate, la bollería o las galletas.
están muy ligados a este problema de pérdida de apetito.
Por ejemplo, es pasar de experimentar alegría a sentir tristeza, de forma repentina y, en ocasiones, sin una causa clara que lo justifique.
Estos cambios parecen ser muy bruscos y suelen interferir en la vida social de la persona, así como otros aspectos de su vida (laboral, académica, pareja, etc.)
Pero hablamos también de un cansancio físico, de un agotamiento del organismo, de una fatiga evidente que nos impide realizar cualquier actividad que implique movimiento. No ya hacer ejercicio físico, algo que es fundamental para superar una depresión, sino que el cansancio propio de este trastorno emocional dificulta las tareas diarias más sencillas.
Puedes tener la sensación de que esa emoción te va a durar para siempre. Pero, generalmente la tristeza no dura mucho tiempo: un momento, algunas horas, tal vez un día o dos.
Pero a veces la tristeza dura demasiado tiempo, provoca un dolor muy profundo y te impide disfrutar de las cosas buenas de la vida. A este tipo de tristeza, más profunda e intensa y que dura mucho tiempo, se le llama "depresión".
se basa en nuestro propio autoconcepto. Todo lo que sentimos hacia nosotros mismos, y cómo nos vemos, favorece la construcción de nuestra autoestima, y determina si ésta es baja o alta. La autoestima es fundamental para nuestro bienestar emocional.
Una baja autoestima hace que nos sintamos mal con nosotros mismos, generándonos una desconexión, una tristeza profunda y una gran vulnerabilidad a la hora de desarrollar algunos trastornos psicológicos.
La falta de concentración es un problema que muchos consideran menor y que en realidad, sus
pueden encontrarse en todos los ámbitos de la vida. Problemas laborales, malas relaciones familiares, desinterés por la pareja o la imposibilidad de centrarse en lo que uno está haciendo son solo algunas de las consecuencias de esta falta de concentración producida por la depresión.
Básicamente esta teoría establece que las personas que poseen pensamientos negativos son más propensos a desarrollar síntomas depresivos cuando son expuestas a sucesos vitales de la vida que son negativos o cuando se enfrentan a situaciones estresantes frente a aquellas personas que no poseen esos tipos de pensamientos negativos. La teoría de desesperanza pone de manifiesto un modelo cognitivo de vulnerabilidad que favorece la depresión.
Para algunas personas, la ansiedad es tan frecuente o tan intensa, que se convierte en un problema en la vida diaria. En este caso, ya no es una respuesta adaptativa y sana. Esto sucede cuando el nivel de la activación y duración de la ansiedad son desproporcionados respecto a la situación en la que nos encontramos.
Entonces podemos decir que estamos sufriendo de ansiedad nerviosa y que la ansiedad se ha convertido en un problema en nuestra vida.
Los dolores de cabeza, espalda o musculares son muy comunes. Los dolores en el pecho por problemas en el corazón, estómago, entre otros, se ven empeorados cuando la persona presenta depresión con ansiedad. ... Cansancio y fatiga: no importa las horas de sueño, la persona siempre se encuentra cansada.
Los principales síntomas que se suelen presentar en una enfermedad como el trastorno de identidad disociativo están dentro del cuadro psiquiátrico, y algunas consecuencias comunes son, por ejemplo, la ansiedad o la depresión, incluso llegando a incurrir en conductas suicidas.
Es bastante común, en personas que han sufrido una pérdida, tener síntomas que son los comunes con el diagnóstico de la depresión. Sin embargo la realidad demuestra que no es frecuente en la
el establecimiento de un trastorno depresivo que pueda incluso requerir tratamiento.
Es decir, hay personas pesimistas que realmente no tienen esperanza en que una situación concreta o todas ellas puedan mejorar. En este caso, pueden aparecer síntomas como la depresión o la indefensión aprendida. No luchan y no se
porque todo vaya a ir de forma positiva.
Las autolesiones pueden ocasionar una sensación momentánea de tranquilidad y liberación de tensión, generalmente están acompañadas de culpa, vergüenza y el regreso de emociones dolorosas. Si bien las lesiones que ponen en riesgo la vida generalmente no son a propósito, con las autolesiones aparece la posibilidad de conductas autoagresivas más graves e incluso, mortales.