En el estudio de la ética y la moral, diferentes pensadores han aportado perspectivas únicas. Scheler propone una visión de la ética centrada en los valores que abarcan desde el agrado hasta lo religioso, contrastando con la visión socialmente condicionada de la ética tradicional.
La ética se presenta como deontológica, en la medida en que se ocupa de la vertiente normativa del fenómeno moral y prescinde de las cuestiones referentes a la felicidad y la vida buena.
La ética discursiva no debería descuidar la dimensión subjetiva de la moralidad para una exterioridad jurídica o sociológica, porque en el mundo moral al cabo los sujetos siguen siendo los individuos y sus opciones.
El principio del discurso se refiere al punto de vista de la razón práctica, desde el que es posible juzgar imparcialmente una norma y decidir sobre ella.
La psicología moral
de Kohlberg
Estableció que la génesis del desarrollo moral atravesaba tres niveles: preconvencional, convencional y de principios, en cada uno de los cuales se hacía preciso
distinguir los estadios; seis en total.
La psicología moral
de Piaget
Se propuso estudiar exclusivamente la génesis del juicio moral y no las conductas o los sentimientos morales. Para ello, elaboró una metodología clínica, basada en una combinación de observación y entrevista con niños de escuelas.
Su hipótesis de partida es la de que toda moral consiste en un sistema de reglas y la esencia de cualquier moralidad hay que buscarla en el respeto que el individuo adquiere hacia estas reglas.
Piaget emprendió el estudio de la estructura de la moralidad en el niño, poniendo en claro el papel del influjo adulto sobre el niño, el efecto de la cooperación entre iguales y la incidencia del desarrollo intelectual sobre el juicio moral, poniendo de relieve la interacción entre sí.
Scheler y la ética de
los valores
Los valores se dividen en del agrado, vitales, espirituales (estéticos, jurídicos e intelectuales) y religiosos.
La ética sería la conformación de la conducta, su condicionamiento desde el exterior social, algo parecido a un entrenamiento deportivo de la convivencia.
La posición de Scheler es exactamente lo contrario.
La ética es el conjunto de conocimientos y técnicas adecuadas para adiestrar los componentes de un grupo humano en la práctica de las acciones aprobadas por el grupo.
Freud y la génesis de
la conciencia moral
Los valores sociales estéticos y éticos son la única forma permisible, transaccional, de gratificación pulsional, quiere esto decir que valorar es desear, y se valora como se desea, esto es, cada cual valora como desea.
Los problemas concernientes a la moral, en un sentido naturalmente amplio, ocupan una parte de la obra de Freud.
Los valores, pues, son para Freud las formas socialmente permisibles de transacción pulsional que al sujeto le son factibles verificar en la realidad que constituye la comunidad social.
Se ha de advertir que en Freud la operación valorativa, el dar-valor, el valorar un objeto (ya sea otro, ya sea uno mismo, y más concretamente, la acción de uno mismo), no es solo ética sino también estética.
Comprende el periodo
histórico de los
siglos XIX a XX.
Con diversidad de postulados,
planteamientos con autores como
Freud, Scheler, Piaget, Adela Cortina
y otros de transcendencia significativa.