Los seres humanos son complejos y se desarrollan en diferentes dimensiones: biológica, psicológica, social y espiritual. Mantener una buena salud física y mental implica cuidar del cuerpo mediante una alimentación adecuada y la práctica de ejercicio, así como prestar atención a la mente y las emociones, compartiendo experiencias y sentimientos y entendiendo a los demás.