arabera Abi Sandoval 2 years ago
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Honelako gehiago
Politicas antimonopolios o procompetencias
Objetivo de la ley
Las leyes antimonopolios suelen ser bastante vagas, sin que en ellas se aprecie claramente el propósito que persiguen. Este es el caso de la Scherman Act de la legislación norteamericana, que es poco explícita en su objetivo. Esta coincidencia no es extraña, pues es claro que muchas de las legislaciones de los países latinoamericanos están basadas en la Scherman Act y en la influencia directa e indirecta de ella en los asesores y legisladores latinoamericanos.
Las legislaciones antimonopolios en los países desarrollados, y en América Latina en particular, han estado de manera permanente bajo escrutinio público, y el debate sobre su conveniencia persiste. La experiencia de legislaciones antimonopolios en el mundo es escasa, particularmente en países menos desarrollados, y éstas, por lo general, muestran un pobre desempeño.
Una segunda dimensión de la regulación es la determinada por las políticas de competencia, que involucran acciones de empresas que no surgen a partir de sus características de monopolio natural, sino de la interacción estratégica. La regulación, en estos casos, es diseñada para limitar las acciones de tales empresas, lo que hace que el estudio de este tipo de regulación sea parte esencial del estudio del entorno.
Un resultado de la teoría económica es que, bajo ciertas condiciones, el equilibrio competitivo es óptimo desde la perspectiva social. Existe, sin embargo, un conjunto de situaciones de mercado en las cuales el paradigma de competencia no es razonable y se obtienen resultados subóptimos. Uno de estos casos es el del monopolio; la teoría estándar señala que la asignación de recursos que resulta de un monopolio conlleva una pérdida social, si es que se la compara con la que resultaría de la competencia perfecta.
Una vez determinada la existencia de un monopolio natural, en caso de que sea económicamente inconveniente generar competencia, se debe diseñar un esquema concreto de regulación que haga eficiente y efectivo el proceso de regulación. Si se desea alcanzar el primer mejor, se debe buscar un mecanismo que permita que el monopolio tarifique de manera eficiente y que, a la vez, le permita autofinanciarse.
Muchas veces, la existencia de monopolios se debe a la presencia de barreras a la entrada en una industria, que de otra forma sería competitiva. Cuando no existen razones tecnológicas y de demanda para que se dé un monopolio, el rol del regulador debería ser remover las barreras con la finalidad de promover la competencia en el sector.
Objetivos de la regulacion
Sobre el objetivo de la regulación económica y, específicamente, la de empresas de utilidad pública, Lewis señala: “proveer a los consumidores con tanto servicio como el que desean o están dispuestos a pagar. La meta de la regulación, dado los límites del regulador, es traducir este objetivo en términos operativos y ver cómo implementarlo”. Para conocer si la regulación contribuye a este objetivo, se debe tener una idea de lo que ocurre sin regulación. En otras palabras, por qué se regula sigue siendo una pregunta vacía si no se le refiere a un patrón específico de comparación.