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av Raquel Stephany Aguilar 3 år siden

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El síndrome del profesor quemado

El síndrome del profesor quemado es una manifestación específica del burnout que afecta a los profesionales de la educación. Este fenómeno se ha intensificado debido a desafíos como la pérdida de autoridad de los docentes y la rebeldía de los alumnos.

El síndrome del profesor quemado

El síndrome del profesor quemado

El burnout es un síndrome relacionado con el desgaste producido en el ámbito laboral. Las personas que lo padecen presentan niveles elevados de estrés durante un perido prolongado de tiempo, de tal manera que van acumulando cada vez un mayor agotamiento mental, emocional e incluso físico. Debido a ello, el desempeño en el trabajo es cada vez menor, y la persona que lo padece puede llegar a pasarlo realmente mal.

¿Cómo tratar el problema?
Si por el contrario eres padre, también puedes aportar tu granito de arena para evitar que los profesores de tus hijos sufran este problema. Enseña a tus pequeños a ponerse en el lugar del profesor y trata de facilitar en todo lo que puedas su labor educativa. Al fin y al cabo, la educación de tus hijos es también tarea tuya.
Si eres profesor y notas que estás desarrollando algunos de los síntomas descritos anteriormente, lo mejor que puedes hacer es aprender alguna técnica de gestión del estrés. Algunas de las más eficaces son el mindfulness o la relajación muscular progresiva. Sin embargo, si notas que el problema se está descontrolando, ir al psicólogo puede ser de mucha ayuda.

El síndrome del profesor quemado no es más que una variante específica del burnout, que se da en los profesionales del campo de la educación. Debido a los nuevos desafíos presentes en la educación, como la pérdida de autoridad de los profesores o la rebeldía de los alumnos, muchos educadores se sienten descontentos con su trabajo y pueden presentar una gran cantidad de síntomas relacionados con el estrés.

Síntomas más comunes del trastorno
Despersonalización

Debido a que los profesores que sufren de este síndrome se sienten impotentes e inútiles, en muchas ocasiones tienden a encerrarse en sí mismos y pierden todo interés por su trabajo. De esta manera, su pasión por lo que hacen desaparece y comienzan a realizar sus tareas de forma mecánica, lo que puede introducirles un círculo vicioso que les lleve a sentirse aún peor respecto a su labor docente.

Baja realización personal

Debido a que una de las principales causas del síndrome del profesor quemado es la imposibilidad de realizar el trabajo de la manera en la que le gustaría al docente, estos suelen presentar una gran insatisfacción con la labor que están desempeñando. Esta insatisfacción se traduce en la práctica como una sensación de fracaso o de derrota, así como la creencia de que se es impotente frente a las situaciones en el aula.

Agotamiento emocional

Uno de los principales indicadores de que el problema existe es esa sensación, sostenida en el tiempo e intensa, de “no poder más”. Al igual que en la mayoría de los síndromes producidos por el estrés, las emociones se descontrolan y la persona tiende a sentirse triste, cansada y sin ganas de hacer nada.