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av CARLOS DANIEL CASTILLO GIL 3 år siden

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Modelo de Evaluación de Proyectos Sociales

El texto aborda dos modelos de evaluación de proyectos: el modelo "después" y el modelo de evaluación por expertos. El modelo "después" se utiliza principalmente en contextos donde no se dispone de información previa confiable, por lo que no se puede establecer una línea de base ni una comparación con un estado previo.

Modelo de Evaluación de Proyectos Sociales

Modelo después: Este modelo es no experimental y no tiene grupo de comparación, por lo que se puede incluir en esta modalidad, descripciones de resultados de proyectos, relatos o memorias que son en la práctica evaluaciones ex - post de medición “después”. Se tiene sólo un después en que se mencionan actividades realizadas, no pudiéndose contrastar con un “antes”. Este modelo es útil en áreas en que se carece de información previa confiable o de calidad, por lo tanto no es posible fijar línea de base y línea de comparación; generalmente, se utiliza en proyectos ejecutados por gobiernos locales, organizaciones de base o de carácter no gubernamental, también sería aprovechable este modelo en proyectos de capacitación que apuntan al desarrollo de organizacional o comunitario.

Modelo después con grupo de comparación: Se caracteriza por tener una sola medición después de la aplicación del proyecto, por lo tanto carece de evaluación “antes” la que puede ser suplida por la comparación de celdillas “después”, o sea, por el proyecto con el otro proyecto similar o intervención paralela. Para maximizar la capacidad de relevancia de este modelo, se puede usar los estudios transversales, donde la comparación se realiza una vez terminada la intervención. Aquí se contrastan muestras de participantes y no participantes del proyecto o programa y en ella se registra información sobre el mayor número de variables independientes posibles; el control estadístico mantiene constante a las variables, aunque este no aísla el efecto de autoselección que podría subyacer en el grupo de beneficiarios.

Modelo no experimental antes y después: En este modelo debe existir una medición después de la intervención, en la eventualidad que no exista esta medición se puede reconstruir una celdilla “antes” a partir de preguntas retrospectivas para reconstruir el mecanismo causal anterior . Por lo general, se asocia en la práctica este tipo de modelo antes y después con la lógica de la evaluación de impacto de proyectos sociales, en tanto la medición “antes” se denomina línea de base y la medición “después”, línea de comparación.

Modelo de regresión: Es una variación de los modelos cuasi experimentales; necesitan un alto grado de manipulación de las variables, lo que implica la simulación de control de variables para incrementar la potencia explicativa de algunas variables independientes , para lo que se necesitan una serie de requisitos como una completa base de datos. Implica un sólido desarrollo teórico previo de la estrategia de intervención y por otro lado el manejo estadístico debe tener un correlato con el manejo real, si no se cumplen estrictamente los pasos anteriores, el modelo de regresión es sólo un ejercicio formal, no utilizable como retroalimentación en programación social.

Modelo cuasi experimental: Este modelo tiene menos exigencias metodológicas que el diseño experimental, específicamente en la selección del grupo de control y experimental; ambos grupos no provienen del mismo grupo objetivo, por lo tanto el grupo de control es más bien un grupo de contrastación o comparación. Este modelo supone a priori que el impacto es significativo, pues se controlan menos elementos intervinientes, además son indeterminables las variables independientes que se dejan de controlar. En general, en este modelo se comparan grupos en proyectos y contextos similares, como cursos de colegio, galerías de cárcel, tipos de entidades productivas, jardines infantiles, salas de hospitales, poblaciones marginales, etc.

Modelo experimental: Tiene su raíz en el área de las ciencias físicas y biológicas, siendo introducida en las ciencias sociales por la psicología social y educacional. Consiste en que el programador tiene el control de todas las variables que influyen sobre el medio en que se implementa el proyecto, aparte de la propia intervención. Para implementar este modelo se requiere de la creación de dos grupos de similar constitución, el grupo experimental (beneficiarios) y un grupo de control (beneficiarios potenciales). Este modelo se aplica en proyectos con grupos de beneficiarios cautivos, tales como población carcelaria, estudiantes de un establecimiento específico, militares, hospitalizados, etc.

Modelos Formalizados: Salamanca define tres modelos que de alguna manera son sistematizaciones de los modelos ya enunciados a saber: los formalizados, los semiformalizados y los iluminativos, donde los dos primeros responden a un enfoque de investigación cuantitativo y el tercero a uno cualitativo.

Tenemos:

El modelo de la evaluación iluminativa, fue desarrollado por M. R. Parlett y D. E. Hamilton en 1976, planteándose como un enfoque alternativo al paradigma cuantitativo, privilegiando los métodos naturalistas centrados en la descripción y la interpretación. Representa un enfoque cultural, etnográfico y holístico, centrado fundamentalmente en realizar una interpretación “mediante los significados que tales procesos (conductas personales, interacciones, etc.) tienen para los autores que participan en un proyecto” Privilegia el uso de información cualitativa e intenta dar a conocer, preferentemente de manera descriptiva y narrativa, los variados contextos del proyecto como un proceso global; se basa en técnicas como las entrevistas y la observación de campo.

Modelo evaluación por expertos: Existen otros modelos de evaluación de proyectos, como el realizado por expertos, modelo que fue propuesto por Elliot W. Eisner, quién afirma que “sólo un experto que ha pasado toda una vida en el campo puede proporcionar evaluaciones mediante el uso sistemático de la sensibilidad perceptiva, la organización de la experiencia previa y la refinación de ideas perspicaces o intuiciones que serían imposibles de obtener de otra forma” Utiliza una metodología que combina la experiencia con la crítica; la experiencia constituye el medio a través del cual “las cuestiones de confiabilidad y validez pueden manejarse por la corroboración estructural (validación mutua de una parte de los datos por el resto, siendo sustentada la totalidad por las partes que la constituyen); y por la adecuación referencial (la existencia de una relación entre lo que dice el crítico educativo y el objeto de su crítica)”

Encontramos:

Un esquema resumido del modelo planteado por Patton y retomado por Briones ordena la evaluación de la siguiente forma: (a) Identificación y organización de las personas relevantes que toman las decisiones y de los usuarios de la información. (b) Identificación y focalización de las preguntas de evaluación relevantes. (c) Los métodos de evaluación se seleccionan para generar información útil para las personas que toman las decisiones y para los usuarios debidamente identificados y organizados. (d) Las personas que toman las decisiones y los usuarios de la información participan con los evaluadores en el análisis e interpretación de los datos.

Modelo de utilización focalizada, este modelo fue desarrollado por Michael Quinn Patton, plantea la superación de la oposición existente entre un paradigma que privilegia los diseños experimentales con mediciones cuantitativas y otro que privilegia un diseño holístico y el uso de datos cualitativos, señalando que el debate entre paradigmas debiera ser reemplazado por un paradigma de elecciones, que permita reconocer el uso del método más adecuado para la situación específica.

En el modelo CIPP, el Contexto, Insumo, Proceso, Producto, son los elementos centrales. En este modelo se define la evaluación como “un proceso destinado a delinear, obtener y proporcionar informaciones útiles para el juzgamiento o ponderación de decisiones alternativas”, es decir, es un proceso generador de información útil para la toma de decisiones, desde el planeamiento de la idea (proyecto), pasando por la estructuración relativa a la puesta en marcha y también decisiones de reciclaje.

El modelo costo – efectividad, es una variación del modelo anterior que intenta superar las dificultades constatadas en el modelo costo – beneficio, sin embargo, ambos análisis buscan maximizar el logro de los objetivos de un proyecto. La diferencia más notoria respecto del modelo anterior es que vincula una variable nueva cual es, el impacto. Así, la efectividad se relacionada con aquella en la medida que importa mucho más detectar si el proyecto tiene efectos o no sobre la población objetivo y selecciona la alternativa más adecuada.

Por tanto, en este modelo se espera que los beneficios logrados con un proyecto sean económicamente menos costosos, por tanto su finalidad es comparar las alternativas, según sus costos unitarios o totales, y luego seleccionar la solución de menor costo, esto es lo que se denomina Criterio de Mínimo Costo.

Dentro de los modelos analíticos, es posible distinguir el modelo costo – beneficio, que ha sido el modelo que muestra mayor utilización. Por lo general se emplea cuando los beneficios de un proyecto son fácilmente identificables. Se basa en la cuantificación de los costos y beneficios monetarios.

Tenemos dos tipos de modelos:

Modelo costo-beneficio

Modelo costo-efectividad

MODELOS DE EVALUACION DE PROYECTOS SOCIALES

Modelo Analítico: En términos metodológicos se caracteriza por estudiar aquellos fenómenos observables y susceptibles de medición. El rigor y credibilidad científica se basan en la validez interna. Los procedimientos más utilizados son el control experimental, la observación sistemática del comportamiento y la correlación de las variables.

Así este enfoque sigue el método deductivo, basado en el apego a leyes universales, lo que se traduce en la búsqueda de relaciones regulares entre variables de modo de establecer leyes de comportamiento social, las que deberían permanecer estables en el tiempo.

Modelos Globales: se basan en paradigmas interpretativos o comprensivos, cuyo propósito es “establecer el significado de las acciones y actividades que se desarrollan dentro del proyecto; su enfoque es global, holístico, sin referencia a factores causales ni a variables particulares...” Estos últimos utilizan preferentemente información cualitativa.

Dentro de este modelo tenemos:

Modelos semi formalizados: La serie temporal es un ejemplo de modelo semi formalizado; tiene por objetivo, señala Salamanca, describir las tendencias seculares de un proyecto para poder compararlas con comportamientos tradicionales o prognosis de las variables dependientes objeto de la intervención programática. La evidencia empírica del comportamiento histórico de las variables dependientes, es un elemento con el que debe contar este tipo de diseño, para la comparación con la diseñada por la acción del proyecto o programa.

Encontramos