por Beatriz Siverio 5 anos atrás
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Este epígrafe se encuentra dentro del Módulo Formativo 4, en la Unidad Formativa 2.
En esta Unidad trataremos de conocer y poner en práctica distintas estrategias dirigidas al entrenamiento de las funciones cognitivas de los usuarios y al mantenimiento de hábitos de autonomía personal. Además, también aprenderemos a aplicar técnicas específicas de psicoestimulación cognitiva y para el abordaje de las complicaciones conductuales derivadas de la discapacidad.
Recordemos, como punto fundamental de esta Unidad Formativa, que la intervención cognitiva abarca todo un conjunto de métodos y estrategias que pretenden optimizar el rendimiento del paciente y, de este modo, reducir su grado de dependencia o evitar que éste aumente, mejorando así su calidad de vida e incrementando su autoestima.
La estimulación de la reserva cognitiva del razonamiento, entendida como la habilidad para aprender
información y otras capacidades de tipo perceptivo o lingüísticas, ha de ser permanente, y debe realizarse a través de estrategias o destrezas que compensen las limitaciones en el desarrollo y socialización del paciente. De igual forma, deberán definirse de forma acorde a las necesidades del usuario según su grado de déficit.
La atención es la función psicológica que permite seleccionar estímulos, estando así íntimamente ligada a la conciencia o vigilancia. Además, posibilita la concentración y que la persona permanezca centrada en la misma tarea durante un tiempo prolongado. Por todo ello, resulta un proceso fundamental para la construcción del pensamiento. Para fomentar la atención y la concentración, que a su vez se encuentran muy relacionadas con la memoria sensorial y la percepción, se utilizan ejercicios dirigidos a (ver esquema):
Herramienta a utilizar: tablero de orientación a la realidad