La contaminación alimentaria es un problema significativo que afecta la salud humana, y puede ser de origen físico, biológico o químico. La contaminación física incluye elementos como tapas de lapicero, uñas postizas o cabellos, mientras que la biológica se da por la presencia de patógenos como Salmonella, Toxoplasma gondii y Listeria monocytogenes, provenientes de diferentes fuentes como aguas negras, el medio ambiente o durante el transporte y almacenaje.