por Rosario Espada Ayllón 2 anos atrás
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Por ejemplo, una persona podría mejorar su estado de ánimo sonriendo. Igual que podría empeorarlo si frunce el ceño. Es decir, el corolario más sorprendente de esta teoría es ese que nos dice que podríamos generar emociones dibujando en nuestro rostro, de manera voluntaria, algunas de sus expresiones más características.